Cuidados para el Material Skimo

Un día perfecto sol, frio pero no excesivo, 20 cm de nieve fresca sobre una capa firme que sólo nos deja un riesgo 2 de avalancha, el día promete llevamos media hora de subida y los  dientes están cada vez más largos, el descenso va a ser para recordar y como no para colgar en el Blog, cuando  de repente sucede algo sin remedio la piel se despega y no hay Dios que la pegue…….; aquí es cuando surge un improperio a la altura, sin embargo la culpa es nuestra.

Para practicar Skimo no sólo hay que prestar atención al nivel técnico, nieve,  ….. hay que tener el material a punto y en estado óptimo; para ello hay que haber hecho antes los deberes.

Si bien cuando la temporada avanza ya no  solemos tener demasiados problemas con nuestro material, pero el primer día es cuando las alarmas están al máximo sino hemos tenido en cuenta una serie de cosillas.

Para hacer  un buen Skimer hay que aprender a cuidar a nuestro material y tener presentes que hay tareas inevitables  sin las cuales  es imposible disfrutar de nuestra pasión.

Así pues hay va una guía para:


Un Antes


Lo lógico es que el material haya sido guardado con la suficiente diligencia desde el último uso por tanto sólo haya que darle un repaso para   comprobar que todo es Ok, así sólo nos quedaría esperar a la ansiada Nieve.

 En estas comprobaciones deberemos repasar y ajustar el equipo prestando atención a los aspectos fundamentales del equipo que reseñamos:

Fijaciones: ajustar el Din de las fijaciones y  comprobar su ajuste con nuestra  bota, no está de  mas desmontar el muelle, limpiarlo y darle una fina capa de aceite,  para realizar esta operación   se  necesita un  aceite  con poca densidad. Para finalizar  comprobaremos   los tornillos de sujeción a las tablas y los bordes de la carcasa donde se sujetan.

Esquís:  Inspeccionar la torsión y flexibilidad de los esquís a fin de comprobar que el nervio y estructura interna del esquí no está dañada  o afectada por el almacenaje, no hay que decir que son una de las piezas más importantes del equipo, por lo que vamos a detallar todas las partes a revisar:

o Suelas debemos volver  limpiarlas con disolvente para eliminar los restos  de polvo o residuos  que puedan estar adheridos, es importante dejar ventilar las suelas  con el fin de  que se evapore totalmente el disolvente durante unas 24 h, posteriormente pasaremos una lija de madera suave para quitar restos en la capa superficial de la suela. 

Si  la suela está limpia pero observamos un tono blanquecino, esto no es otra cosa que producto de la falta de hidratación  durante el proceso de almacenaje, y que se subsanan aplicando una pequeña capa de  cera caliente que luego  rascaremos con una rasqueta especial de cera. 

 En el caso de que  observemos daños importantes o simplemente no nos veamos capaces de hacerlo correctamente entonces es el momento de  llevar los esquís a un taller de confianza para que sean ellos los que hagan estos trabajos por nosotros.

o Cantos es la parte más delicada y que requiere un cuidado más especial,  lo habitual es que necesiten sólo una pequeña limpieza  con un paño aceitado  para quitar el posible óxido que se haya podido formar. En caso de no haberlos dejado afilados no nos quedará otra proceder a su afilado.

Botas: Sacar  los botines y orearlos un par de días quitando las plantillas , comprobando que no haya humedades ni olores desagradables, un poco de polvo de talco ayuda a estos menesteres; revisar los enganches de la carcasa y revisar la suela este correctamente adherida a la estructura de la bota.

Pieles: este es el elemento que mayores disgustos nos da el primer día, hay que comprobar que el pegamento está bien y que no se ha degradado por el almacenaje del verano, a veces las elevadas temperaturas del verano pueden afectarle, sino estamos seguros lo mejor es hacer una prueba en casa pegándolo al esquí y ver cómo se comporta a temperatura ambiente; si la prueba sale mal no quedará otra que quitar el pegamento y poner uno nuevo.

Bastones: comprobar que se desenroscan bien, estado de las rosetas y poco más.

Arva:  comprobar su estado y funcionamiento  con pilas nuevas, aprovechar para hacer un entreno en “seco” para recordar y ponerse a tono.

Pala y sonda: buscarlas y dejarlas a mano para que no se queden en casa, verificando su ajuste y montaje.

Ropa y complementos: revisar nuestro vestuario  y  hacer una evaluación de cómo nos fue para subsanar aquello que vimos que debíamos cambiar, renovar y poder buscarlo con tiempo.

Todas estas tareas nos ocuparan poco tiempo y nos aseguraran a que desde el primer momento  nuestro material este en optimas condiciones.

Y un Después

Hay temporadas que  son un auténtico test  de resistencia para  nuestro material y difícilmente sale indemne, de esta forma contribuimos a alargar su vida y dejarlo preparado para el comienzo de la temporada siguiente, olvidándonos de él hasta ese momento puesto que lo vamos a tener en las mejores condiciones.

Dentro de estas labores   hay varios niveles de trabajo que van en función de nuestras habilidades, las posibilidades de disponer de material adecuado para  trabajar el material, ganas, espacio  y otros condicionantes; desgraciadamente el material de reparación es caro y requiere disponer de un lugar  amplio de trabajo, aun así todo va en función de lo que nos queramos implicar, una buena solución es disponer de un club, asociación o grupo de amigos  con los cuales montar un pequeño taller.

Si nuestra intención pasa por realizar el  nivel básico de mantenimiento conviene tener como referencia una serie de puntos o aspectos a comprobar.

Esquís:

Aflojar el Din de las fijaciones y proceder a sacar los muelles de tensión y proceder a su engrase, ), para realizarlo  se puede utilizar el aceite especial para máquinas de coser, más barato que el que nos vende como especial

Comprobar holguras en  los tornillos de sujeción a las tablas

Inspeccionar la torsión y flexibilidad de los esquís a fin de comprobar que el nervio y estructura interna del esquí no está dañada (algunas temporadas  machacan la estructuras. 

Las suelas debemos limpiarlas con disolvente para eliminar los restos de pegamento que puedan estar adheridos, es importante dejar ventilar para que se evapore totalmente el disolvente, posteriormente pasar una lija de madera suave para quitar restos. Si las suelas suelen presentan marcas blancas, éstas no son otra cosa que producto de la falta de hidratación  de las mismas durante la temporada y que se subsanan usando de manera regular ceras calientes que no rascaremos hasta que retomemos la temporada, si estas marcas son muy generalizadas conviene llevar los esquís a un taller de confianza para que nos retiren esa capa superficial de cofis y nos añadan una nueva. Hay que prestar gran atención a la presencia de  daños profundos o cercanos al canto  pues estos pueden derivar en  problemas mayores y necesitan una reparación profesional.

Los cantos es la parte más delicada del proceso y que requieren  un cuidado especial no debemos probar a repararlos sin haber realizado unos ensayos en algún esquí viejo pues si la cagamos va  a ser difícil arreglarlo, una lija fina suele ser suficiente para quitar el óxido si este es superficial, otra cosa es su afilado, conviene recordar que el material de los cantos es algo que se acaba…… Si están correctamente afilados pasar una lija fina de madera y añadir una capa de vaselina o  con la cera de la suela.

Una parte que no se presta atención es  a  la  parte superior de los esquís y  desdeñamos golpes o  hendiduras, las estructuras modernas de los esquís en la mayoría compuestas  de combinaciones de distintos materiales hacen que estos sean sensibles a la acción de la humedad por lo que deberemos  revisarlas y tapar  los agujeros o marcas aplicando algún pegamento de contacto resistente.

Por último para los esquís recordar que debemos guardarlos en un sitio seco y separado a fin de que estos mantengan sus formas de manera natural.

Botas:

Lo primero que debemos hacer es sacar los botines y esperar a que estos se sequen totalmente, luego los introduciremos de nuevo, se pueden añadir algún producto antibacteriano con papel de periódico y fijándonos en que la lengüeta queda correctamente posicionada, sólo nos quedará cerrar los ganchos  en una posición sin tensión.

Bastones:

 La parte más sencilla del conjunto pues sólo tendremos que desmontarlos, limpiarlos en seco sin aceitarlos, depende el modelo es posible sustituir algunas piezas.

Pieles:

 Repasaremos el estado del pegamento y su capacidad de adhesión  así como el estado del pelo de la piel con especial atención a la zona del puente que es la zona que sufre mayor degradación.

En el caso de tener alguna rotura tenemos dos opciones coserla o bien pegar un trozo de esparadrapo por el lado posterior, en ambos casos debemos retirar el pegamento de la zona dañada antes de hacer cualquier opción.

Si las pieles presentan suciedad, restos de tierra etc. Conviene lavarlas con un paño húmedo y   jabón neutro.

Para guardarlas las dejaremos, lo mejor adheridas  a la  película plástica que normalmente viene con las pieles,  así evitaremos que se seque el  pegamento.

Arva:

 Simplemente deberemos quitar las pilas y guardarlo en lugar seco, es recomendable cada 4 años mandarlo a la casa para su mantenimiento, actualización software.

Cuchillas:

 Aunque pueda parecer que no necesitan un repaso, es conveniente echarles un ojo y comprobar que el uso o los pequeños pisotones no hayan curvado o mellado sus dientes. Si es así no debemos usar alicates o similar,  con una maza “no metálica” y una base de madera iremos rectificando poco a poco la alineación, las melladuras las podemos rebajar  con una lima fina y muy suavemente, no olvidemos que las cuchillas suelen ser de aluminio o de una aleación  muy ligera.
Aún con todo esto hay que tener en cuenta:

Que tal como cuidemos nuestro material así nos durará y responderá cuando lo necesitemos, dedicar tiempo y algunos euros es la mejor forma de ahorro que tenemos para conseguir una buena temporada sin disgustos, por este motivo no viene de más unos consejillos finales.

Uno de los aspectos claves a la hora de poner los esquís a punto, es que al contrario que unos esquís tradicionales éstos son más delicados y una reparación mal echa pude acabar con la vida útil del esquí, con el añadido de que cuanto más ligero (caro) sea el esquí mayor cuidado debemos tener; por este motivo sólo es recomendable llevarlos a un taller donde dispongan de un Skiman profesional y no a cualquier taller con una oferta económica espectacular, por poner un ejemplo un afilado agresivo del canto puede dejarlo inservible una vez se haya gastado el afilado o deformar la estructura interna del esquí.

Para afilar los esquís tenemos dos parámetros a valorar:

o   Afilado, éste nos proporciona el agarre en la pendiente  y lo recomendable es ajustarlo entre un 88/87º, para comprobar si están afilados pasaremos  muy suavemente la placa de la  uña (placa ungüeal) por el canto si corta es que están perfectos.
o Tunning, angulación  del canto respecto a la suela, nos ayuda a la conducción y la medida aconsejada es 0,5º.

Con las pieles no es recomendable cambiar el pegamento cada año, es mejor realizarlo cuando se necesite, la aparición de grumos, suciedad y poca adherencia nos va a indicar el momento adecuado; para sustituirlo  lo mejor es usar la espátula eléctrica, pues remedios caseros como plancha, disolventes son engorrosos y  necesitaremos un espacio adecuado para trabajar. A veces con reforzar las zonas más conflictivas como colas y parte de los tensores delanteros es suficiente

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