No es un adiós sino un hasta pronto

Queda lejos la primera escalada que hice en los Mallos por allá del año 1989, la ruta fue una mítica la Edil a la Aguja Roja, desde ese día las visitas se  fueron sucediendo  a veces pausadas y otras veces compulsivas.

Al final más de 50 vías diferentes, casi todas las  de Ruaba y las clásicas de Aguero, no cuento las repeticiones por que sería presuntuoso, podrían ser más o mejores pero todas las hice con un fin y todas las disfrute independientemente de su grado, lo mejor fue siempre la compañía: Josué(DEP) el mejor compañero  con el que compartí la mayoría y sobre todo las mejores,Chuse que cogió el testigo, Chenia, Lolo,Moises, Raquel, Luís, Pablo, Chus, Edu, Guillermo, Marta que confiaron en mi  en sus visitas a mi Hija María que se estreno allí y otros tantos que no recuerdo pero que disfrutaron de sus escaladas conmigo y que me dejaron un recuerdo imborrable.

Esta penúltima no ha sido nada glamurosa pero si importante por muchas razones, la compañía y por que represento un punto de comienzo en mi vida, después de una etapa bastante difícil, no hubo mejor lugar que Riglos y su entorno para ello, ver que la vida no sólo te da oportunidades sino que a veces te deslumbra con la presencia de una persona especial y única que hace que vuelvas a tener ilusión, esperanza y futuro.

No ha habido mejor forma de decirle hasta luego a mis Riglos.












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