Flex o más Flex
Las Botas son unos de lo elementos más importantes del esquí, de hecho son la parte que transmite nuestras ordenes al esquí y también la información del terreno; así que no es un inconveniente decir que elegir una bota correcta sea algo bastante importante.
Como no podía ser de otro modo los fabricantes son muy conscientes de ello y además han visto como el incremento del número de practicantes ah elevado también el nivel de los mismos por lo que le han prestado una mayor atención a las botas para adecuarlas a estas nuevas exigencias.
Uno de los parámetros que esta teniendo un mayor protagonismo o mejor dicho proyección en la información de las botas es el de indicar el Flex de las botas, algo que hasta no hace mucho era algo inusual en las botas de esquí de montaña y que sólo se reflejaba en los modelos de esquí de pista.
Pero lo primero es intentar explicar que es eso del Flex. El Flex es un valor que mide la rigidez de las botas o lo que es lo mismo lo duras que nos resultan al ejercer una flexión del empeine sobre ellas o la flexibilidad frontal que presenta la bota en la caña; Pero debemos tener en cuenta que este grado de flexibilidad se basa en distintos parámetros como son los diversos materiales en la elaboración de la carcasa, variando el grosor del material, el diseño general de la bota. La cantidad de hebillas, la fuerza de la correa del cuello de la bota y por último, la rigidez del revestimiento interno también influirá en la flexión general de la bota; aspectos muy importantes y que varían de manera notable en cada marca de botas.
Como es necesario dar un valor numérico a este concepto, las marcas de botas han establecido unos valores que intentan trasladar ese aspecto; algo que por desgracia no es lo más regular a la hora de escoger una bota.
Cuando vamos a una tienda y preguntamos o vemos este aspecto nos encontramos que lo más normal que el valor del Flex oscile entre 60-140 valor que va desde las más blandas a las más duras. La pega es que este valor no está estandarizado y cada marca tiene el suyo lo que hace imposible compararlo, unas 120 de una marca pueden corresponder a 100 en otra y viceversa; algo que no se suele valorar en este campo es la respuesta del material a la temperatura ambiente; no todos los materiales responde igual a las temperaturas y puede haber una diferencia muy significativa en cuanto a la dureza de la bota.
Para conseguir estos distintos grados de dureza los fabricantes usan distintos materiales para la elaboración de carcasas, lengüetas y cañas; variando su grosor o materiales diferentes para cada parte; botines, hebillas y straps también influyen en la dureza final de la bota.
Por lo general podemos resumir el flex y su traslado al tipo de esquiad@r (rojo valor de hombre)
- Flex entre 60 y 90: esquiadora primeriz@ o aficionad@, poca resistencia a la flexión y rapidez en corregir la posición, necesitaremos ir más pendiente de la presión sobre el esquí
- Flex entre 90 y 110-120: esquía con regularidad y tiene un buen nivel, buena relación entre flexibilidad y precisión sobre el esquí.
- Flex entre 110 y 120-130: esquiador@ experta con un nivel muy avanzado, más precisión sobre el esquí pero encontraermos mas dureza en la flexión
- 130 o más: esquiador@ de competición, más control sobre el esquí pero con mucha resistencia a la flexión que nos obligara a estar en todo momento ejerciendo fuerza sobre la caña de la bota.
Pero si esto no bastara hay otros aspectos que afectan al Flex como son.
- Temperatura: los plásticos son sensibles a los cambios de temperatura y son susceptibles de cambiar su dureza con temperaturas bajas o , una bota blanda en tienda puede ser de cemento en pista y al contrario; es muy conveniente saber que material es el usado en las partes de la bota, para así saber cual es su comportamiento con el cambio de temperaturas.
- Antigüedad de las botas: los materiales se van reblandeciendo, como es habitual en todo tipo de materiales, afectando al Flex y disminuyendo su valor de Flex; como termino general las botas decaen a partir de los 3 años; cuanto mayor sea su calidad más tiempo nos aguantaran.
Para resumir el Flex de una bota nos va indicar su rigidez y su capacidad de respuesta; a mayor Flex obtendremos un incremento de la potencia y la precisión bajo los pies, pero también incomodidad con una necesidad de ejercer más fuerza y presión. Un aspecto que se deja nota en las mujeres y personas ligeras que van a necesitar ejercer una mayor presión y fuerza sobre la bota y al fin al cabo van a tener más dificultades para doblar una bota más rígida que una persona más pesada, por lo que también se debe tener en cuenta el peso más allá de la cuestión de genero a la hora de escoger un Flex adecuado.
Pero si todo esto es entendible para la mayoría de los esquiadores, aun nos queda puntualizar que en el esquí de montaña al revés que en el de pista, el número de horas que pasamos con la bota puesta y los distintos tipos de terreno por el que se progresa son otro de los aspectos a valorar muy seriamente para elegir un tipo de dureza de Flex, una bota muy técnica con un Flex muy bajador pero a la vez incomoda para progresar puede dar al traste cualquier actividad y quitarle la parte placentera a la misma y convertir la actividad en algo torturador.
Si después de leer esto no te quedan dudas, lo único que te va a quedar es parar a pensar unos minutos sobre el matiz del asunto para no dejarte llevar sólo por la cuestión numérica del valor del Flex para así poder tomar la mejor decisión sobre lo que necesitas o lo que puedes esperar de la Bota.
¡Felices y prosperas esquiadas!
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